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Archive for diciembre 2011

Navidad, tiempo de redención, tiempo de reencontrarse, de renovarse…de transmitirse unos a otros sentimientos importantes, muchos disfrutan estando en familia, otros huyen para estar con amigos, unos lloran el año viejo, otros celebran el fin del año.

Pero yo aproveché y destruí al mundo.

Todo sucedió porque conocí a alguien que tenía contactos, esta persona es MaryFlor, ella es una mujer muy amistosa y siempre abierta a ayudar al prójimo, tenía ella una camioneta en la cual solíamos hacer viajes por la ciudad, o por otras ciudades. Ella siempre me decía que si mi madre o yo estuviéramos en algún aprieto, la contactáramos con libertad para ver en qué nos podía ayudar.

La situación no era apremiante, yo me hallaba viajando con MaryFlor en un momento, pero al siguiente momento estaba en otra camioneta, siendo el pasajero de otra persona, esta persona era una mujer joven conocida de MaryFlor. Con esta “teletransportación”  que ocurrió tan inesperadamente, también cambié de ubicación geográfica puesto que no me encontraba en el mismo punto de la ciudad.

Me encontraba en otra zona, más calmada y con menos tráfico, pero con un horario diferente también, aquí ya atardecía cuando entonces recibí una llamada de MaryFlor:

Javiercito, esa persona con la que estás te puede llevar a tal y tal sitio.

Y yo la verdad, no estaba buscando que me transportaran a tal y tal sitio, continuando con los eventos aleatorios, fui nuevamente teletransportado hacia otro vehículo, esta vez un autobús buscama, que estaba llegando, ya de noche a Caracas, proveniente de Mérida.

En esta oportunidad me di un momento para abrir la ventana y observar el cielo de esta ciudad. De niño no había pasado buenos ratos observando el cielo nocturno de Caracas, veía cosas extrañas, una vez, cuando era niño, vi a Santa Claus tamaño gigante, él me saludaba con su característico ho ho ho, mientras unos ángeles coreaban “Gloria a Dios en las alturas y en la tierra que haya paz”. En otra ocasión vi unas nuevas estrellas y constelaciones extrañas, casi daban miedo.

Hoy, veía cuatro artefactos oscuros y no identificados en los cuatro puntos cardinales, ellos flotaban, no tenían luces visibles, pero se podían apreciar de noche, aunque ésta no era muy oscura tampoco. Estos objetos tenían una forma muy parecida al logotipo del Celta de Vigo, sin los colores.

Entonces recordé un pasaje bíblico (Lucas 21:11) que decía que en el tiempo del fin se pondrían de manifiesto algunas señales en el cielo, que no se especifican si son artificiales, auténticas, divinas, simplemente señales en el cielo, por ende supe que el fin se acercaba.

Llegué a mi casa, y era hora de dormir. Me dormí pero de largo, ese día siguiente tenía que salir a hacer algo pero no pude, me había quedado dormido, me lamenté enormemente, me sentía avergonzado y sin cara para enfrentar la vida, así que llamé por teléfono a MaryFlor, y me dijo:

Conozco a alguien en El Universal que puede cambiar la realidad

Caramba, yo había acabado con el mundo 3 veces anteriormente, pero creo que siempre que empezamos de nuevo, termina siendo lo mismo, es como si a nosotros los mortales nos gustara hacer siempre lo mismo. Le pedí a MaryFlor que me contactara con esta persona de El Universal (un diario de circulación nacional).

Una vez contactado con esta persona, a quien nunca le vi el rostro, me entregó dos artefactos que parecían dos pokebolas, pero en lugar de blanco/rojo eran blanco/gris, en la parte gris una tenía una cara sonriente muy sencilla consistente de dos puntos y un paréntesis para formarla, la otra ”pokebola” tenía una cara seria, también constituida por la misma sencillez de caracteres.

Entonces volví a mi habitación para meditar si valía la pena acabar con el mundo otra vez, por un lado podría modificar la realidad para no reprocharme el haberme quedado dormido, y por otro, no tenía garantías de éxito, algo podría salir mal en el proceso y el mundo podría no reformarse.

Pero si eso ocurriera, no estaría del todo mal, estaríamos todos en la misma situación, cortados de la existencia sin poder reclamar ni lamentarnos por ello, es como la lógica de “por qué temer a la muerte” si el muerto no se queja de que le duele.

Entonces tomé una página en blanco de uno de los periódicos de El Universal, y coloqué las dos “pokebolas” en ella, ambas entonces pasaron del plano tridimensional al plano bidimensional, una voz de locutor, desde el fondo, anunció entonces el inicio del fin del mundo y de la modificación de la realidad, ambas pokebolas mostraron la “cara” hacia el frente, se movían en una órbita elíptica como describiendo un área mayor, en la que cabrían ambas, entonces ambas se internan en esa área descrita, se colocan una al lado de la otra, aún con la “cara” hacia el frente, pero esta vez comienzan a tratar de formar una sola pokebola que rellenaba todo el área, mientras tanto sonaba una música de orquesta, como las de John Williams en cualquier filme hollywoodense.

En ese momento noto como una luz blanca comienza a saturar todo alrededor, no la veo directamente, pero la puedo percibir, tiene un brillo más fuerte que el de un claro expuesto a la luz del sol en una bonita mañana, de mi solo quedan mis ojos y mi boca, la libertad del ser de no estar delimitado por el cuerpo humano se puede sentir, pero igual cierro los ojos y espero.

Y luego de un rato escucho la voz de locutor diciendo que el proceso fue finalizado con éxito. Fui devuelto a la nueva realidad, sigo en mi habitación, a la misma hora, sentado en mi cama, cuando irrumpe mi madre y me dice:

MaryFlor acaba de llamar, dice que hay un coche esperándonos afuera para cuando toque irnos a donde íbamos a ir

Qué diligente!

~Fin~

Todo lo anterior es Ficción

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